ePhyto: solución mundial para que el comercio sea
más seguro, justo y que evite el fraude
Varios países (en color verde) han implementado la solución mundial ePhyto. Canadá y muchos otros se encuentran en proceso de desarrollar su capacidad para intercambiar «ePhytos»— certificados de sanidad vegetal (fitosanitarios) electrónicos.
¿Cuál es la amenaza de sanidad vegetal para Norteamérica?
Uno de los desafíos principales que enfrenta la agricultura y silvicultura en la actualidad es cómo mover en el comercio internacional productos vegetales valorados en miles de millones de dólares sin dispersar de manera accidental plagas invasoras y enfermedades, y con la seguridad de que dichos productos, cumplen los requisitos fitosanitarios de importación avalado a través de la presentación de un certificado fitosanitario. Para mantener al comercio seguro en Norteamérica y alrededor del mundo, los países inspeccionan y certifican que sus exportaciones de plantas y productos vegetales cumplan los requisitos fitosanitarios de los países importadores.
Esta certificación es de importancia fundamental debido a que el cumplimiento de los requisitos del país importador minimiza el riesgo de introducción y dispersión de una posible plaga de planta o enfermedad devastadora a ese país. Pero en la actualidad, la mayoría de los certificados fitosanitarios se expiden en papel, un artículo físico vulnerable.
¿Qué está en riesgo?
Los certificados fitosanitarios deben viajar largas distancias para llegar con el envío y muchas personas los manipulan. Los envíos valiosos, en ocasiones perecederos, pueden permanecer parados por períodos largos en los puertos de entrada, si el certificado fitosanitario en papel hace falta, está dañado, incompleto o es fraudulento. Los importadores pueden incurrir en retrasos costosos y posibles cargos de almacenamiento en el puerto, además de que el país importador no tiene la garantía en cuanto a la confición fitosanitaria del producto.
Más aún, un país que permite que un producto entre sin un certificado verosímil y fiel pone a sus sistemas de producción agrícola y forestal y a la seguridad alimentaria de su población en riesgo de introducción y dispersión de plagas invasoras y enfermedades dañinas. Esta es una posibilidad preocupante debido a que el comercio de plantas y productos vegetales es de crucial importancia para la supervivencia humana y el crecimiento económico en diversas áreas rurales. Este comercio está valorado en casi $1.7 billones al año, conforme a datos de las Naciones Unidas (ONU). En la última década, este casi se ha triplicado. Si las plantas prosperan, la gente prospera.
Las plagas invasoras, que los certificados fitosanitarios y muchas otras medidas tienen la intención de detener, destruyen hasta 40 por ciento de los cultivos de alimentos del mundo, y causan $220 mil millones en pérdidas anuales al comercio, según los cálculos de la ONU. También pueden desequilibrar los ecosistemas y devastar la biodiversidad. Como bien sabemos, las plagas invasoras pueden dispersarse a través del comercio agrícola y forestal mundial, y esta presión de las plagas aumenta constantemente.
Para alimentar la creciente población mundial, la producción agrícola debe aumentar en un 60 por ciento para el 2050, de acuerdo con los cálculos de la ONU. Eso significa que debemos hacer lo posible para proteger la sanidad vegetal en el ámbito regional e internacional contra las plagas invasoras y destructoras.
¿En dónde se origina la amenaza?
En el comercio mundial, una plaga que se encuentra en cualquier sitio puede viajar a casi cualquier hábitat idóneo alrededor del mundo — si se dejara sin inspeccionar los productos vegetales y sin verificar la validez de un certificado fitosanitario Los requisitos de importación y los certificados fitosanitarios son parte de las herramientas que utilizan los países para detener la introducción y dispersión de plagas. Los certificados extraviados, dañados, incompletos o fraudulentos ponen en peligro esa revisión importantísima.
¿Cómo puede la amenaza llegar a Norteamérica?
Los productos importados pueden moverse por el mar, aire y tierra. Canadá y Estados Unidos y México y Estados Unidos comparten fronteras terrestres extensas en Norteamérica. Con frecuencia los productos agrícolas provenientes de México transitan a través de Estados Unidos de camino a Canadá y viceversa.
¿Cómo ha respondido la comunidad internacional?
El nuevo sistema ePhyto mundial es un sistema interconectado de intercambio de certificados electrónicos para el comercio.
Desde el 2015, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), con el apoyo de los países de todo el mundo, ha estado desarrollando e implementado el nodo del ePhyto. La CIPF es un acuerdo internacional de sanidad vegetal con 184 partes contratantes (países participantes). El acuerdo tiene como objetivo proteger los recursos vegetales del mundo contra la introducción y dispersión de plagas y promover el comercio seguro.
En el 2019, la CIPF lanzó el nodo de ePhyto, el cual permite a los países intercambiar certificados fitosanitarios electrónicos, que eviten el fraude, denominados ePhytos. Ese mismo año, la CIPF también lanzó el sistema genérico nacional conocido como «GeNS» que permite a cualquier país sin un sistema nacional de certificación electrónica tener acceso al nodo.
En este momento, 44 países están intercambiando certificados electrónicos a través del nodo, coadyuvando a que el comercio agrícola sea más seguro, justo y que evite el fraude. Casi 50 países se encuentran en el proceso de conectar sus sistemas nacionales a este, y más de 50 otros países están trabajando para obtener el GeNS.
¿Cuál es la respuesta de la NAPPO?
Cada país miembro de la Organización Norteamericana de Protección a las Plantas (NAPPO) ha dado grandes pasos hacia la implementación de la certificación electrónica. El Grupo de expertos de certificación electrónica de la NAPPO está asistiendo y brindando apoyo técnico al Grupo directivo ePhyto de la CIPF. Christian Dellis, de la organización nacional de protección fitosanitaria (ONPF) de Estados Unidos, preside tanto al Grupo directivo de la CIPF como al Grupo de expertos de certificación electrónica de la NAPPO. Él ha exhibido el sistema electrónico en la reunión anual de la NAPPO y en otros lugares alrededor del mundo, mediante demostraciones en vivo acerca del intercambio de certificados electrónicos.
«En el Grupo de expertos de certificación electrónica de la NAPPO, estamos compartiendo las lecciones aprendidas en cuanto a la implementación del ePhyto y discutiendo las actualizaciones de la CIPF», indicó Dellis. «México cuenta con un sistema nacional el cual está conectado al nodo, y ellos están aceptando todos los certificados electrónicos de EE. UU. Continúa aumentando el número de certificados electrónicos que EE. UU. está aceptando de México. En los últimos meses, hemos realizado diversas conferencias telefónicas con Canadá para brindar asesoramiento técnico mientras ellos desarrollan su sistema».
Dellis manifestó que México y Canadá recibieron más de una cuarta parte de los certificados fitosanitarios que emite Estados Unidos. En el 2020, México recibió 86,000 de estos, que es más de lo que ha recibido cualquier país. En segundo lugar se encuentra China con 59,000, y muy de cerca está Canadá en tercer lugar con 58,500.
«Para la industria de EE. UU., el intercambio de certificados electrónicos con México traerá ahorros sustanciosos en costo y tiempo», explicó Dellis. «Antes de la COVID-19, cuando un envío salía de los puertos del golfo de EE. UU. hacia México, alguien tenía que viajar en avión a México para entregar el certificado en papel en el puerto de entrada debido a que el cargamento se movía más rápido que el correo, y no se podía empezar a descargar el envío sin el certificado original. Esos costos de viaje y horas se suman a los gastos».
A pesar de que los envíos que se importan a Estados Unidos aún necesitan un certificado fitosanitario en papel, el intercambio completamente sin papel es casi una realidad. Por ejemplo, si se presentara un problema con el certificado en papel en un puerto de entrada de EE. UU., la ONPF de ese país lo validará utilizando la versión electrónica del certificado, si está disponible, acelerando la entrada del envío al país. Muy pronto Estados Unidos tendrá la capacidad de enviar certificados electrónicos directamente a los agentes aduaneros de EE. UU. Las importaciones serán en realidad importaciones sin papel en Estados Unidos.
«Con la COVID-19 y todos los desafíos que representa, la importancia de la documentación electrónica nunca había sido tan obvia», indicó Dellis. «Esta ha incrementado el número de países que están tomando medidas para iniciar y poner su sistema en marcha lo antes posible. Los países que pueden intercambiar certificados electrónicos se han dado cuenta del gran beneficio durante la pandemia».