Importancia de las áreas libres de plagas (ALP)
Se estima que todas las plantas cultivadas hospedan entre 200 y 500 especies de plagas, dentro de las cuales destacan los insectos, los virus, los hongos y las bacterias. Muchos de estos organismos se consideran plagas importantes en los países, y los daños económicos que causan anualmente en la agricultura pueden alcanzar en todo el mundo miles de millones de dólares. Debido al aumento en la movilización internacional de bienes, personas y productos, las fronteras naturales y nacionales que alguna vez fueron barreras eficaces contra la propagación de plagas sufren ahora intensas presiones de plagas.
Lo anterior ha obligado a las organizaciones de productores agrícolas, a los gobiernos estatales y autoridades federales de protección vegetal a sumar recursos para un control integrado de las plagas y así poder reducir la prevalencia y los efectos perjudiciales que causen estas. Por ende, se han ido estableciendo gradualmente áreas libres de plagas para la producción agrícola, sobre todo para facilitar la aceptación comercial de sus productos, dentro y fuera del territorio nacional.
Algunos países importadores han negociado aceptar que los productos agrícolas procedan de lo que se denomina «áreas libres de plagas», que no es otra cosa más que una medida fitosanitaria que brinda evidencias de que una plaga particular no se encuentra dentro de un área. El área libre de plagas se define como: «un área en la cual una plaga específica está ausente, tal y como se ha demostrado con evidencia científica y en la cual, cuando sea apropiado, dicha condición se esté manteniendo oficialmente»; es decir, es un área geográfica en la cual una plaga específica nunca estuvo presente, está ausente en períodos determinados del año o se ha eliminado, mediante la aplicación de otras medidas fitosanitarias. Las áreas libres de plagas son unas de las opciones de mitigación del riesgo de plagas en el comercio internacional de plantas o productos vegetales reglamentados, y que se utilizan para prevenir la introducción y propagación de plagas.
El término área libre de plagas (ALP) abarca toda una gama de áreas, desde un país completo hasta un área ubicada dentro de un país donde esa plaga está presente. Técnicamente se identifican tres tipos de ALP: 1) un país completo, 2) una parte no infestada de un país en el cual está presente un área infestada limitada y 3) una parte no infestada de un país ubicada dentro de un área generalmente infestada. En cada uno de estos, la delimitación del ALP estará relacionada con la biología de la plaga de que se trate. Las ALP generalmente están delimitadas por fronteras fácilmente reconocibles, que se consideran que pueden coincidir con los límites biológicos de una plaga.
La exclusión de plagas en una zona determinada conlleva actividades de mitigación de plagas de parte de todos los actores que participan en la cadena de producción y podrán incluir acciones de parte del público en general. Por lo tanto, la emisión de una declaratoria de área libre de plagas es el resultado del trabajo conjunto entre los gobiernos federal, estatal y los productores, y otros quienes efectúan las labores pertinentes para eliminar la plaga o enfermedad específica del área.
Con la globalización, los países modificaron sus enfoques sobre seguridad fitosanitaria, por ejemplo, cambiaron las reglamentaciones de sanidad vegetal para reconocer las áreas libres de plagas, que una vez establecidas, traen como consecuencia grandes beneficios que se reflejan en una mayor producción, cuya calidad cumple con las exigencias del mercado nacional e internacional, y obtienen precios más bajos por su producto. Pero se debe tomar conciencia sobre la necesidad de conservar constantemente dicha zona libre, lo cual implica la instrumentación y observancia de medidas para preservar su situación de área libre. Por lo que, el costo de la implementación y el mantenimiento de las ALP puede ser alto.
Teniendo un área libre, el comercio de productos reglamentados puede ser llevado a cabo sin la aplicación de otras acciones para eliminar las plagas, debido a que los productos proceden de áreas donde no está presente la plaga. Un país importador que ya cuenta con ALP puede adoptar medidas fitosanitarias más estrictas para proteger su ALP ante el ingreso de productos infestados provenientes de otros países o de zonas del mismo país. A la vez que, para los países exportadores, el tener áreas libres es de gran beneficio para el consumidor, quien puede tener acceso a productos de gran calidad, sino también para los productores, quienes se benefician de una mayor productividad y competitividad de sus productos, permitiéndole poder exportar a otros países. Las ALP manejadas y mantenidas de manera apropiada evitarán las restricciones al comercio de sus productos, por lo que puede acceder a mejores mercados y a precios más competitivos.
Por ejemplo, el beneficio para México de tener áreas libres de moscas de la fruta ha permitido la exportación de frutas sin la aplicación de otros tratamientos fitosanitarios, donde el éxito de los programas de exportación de áreas libres de plagas se basa en la aplicación estricta de las regulaciones nacionales y la adopción de las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF) de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria.
Dentro del beneficio económico que resulta de tener un área libre se identifica que se evitan perdidas productivas; se evitan realizar tratamientos químicos como los plaguicidas de control precosecha; realizar tratamientos fitosanitarios poscosecha; la capacidad de llevar a cabo un comercio de productos sin medidas adicionales contribuye a preservar al medio ambiente, puesto que la aplicación de plaguicidas se disminuye de manera considerable.
Al final, es evidente el impacto positivo en la calidad de la dieta alimentaria de la población, al consumir productos con la menor cantidad de residuos de plaguicidas, productos caseros (autoconsumo) o silvestres.